Continuamos con la serie de recetas económicas, de las que ya hablé aquí, aquí y aquí. Esta vez, hablaremos sobre nuestro sistema sanitario, el cual, a pesar de sus innumerables beneficios, adolece de una serie de problemas que, si no los atajamos pronto, harán que todos perdamos.
Sanidad:
- El problema no son los inmigrantes: Muchas veces he oido que el problema de la sanidad es que, como es universal, viene la gente de fuera, los inmigrantes, y sin pagar nada les pagamos todo tipo de operaciones. Qué malos que son, ¿verdad? Pues no solo esto no es verdad sino que, creo que todos los que dicen eso deben plantearse una pregunta, ¿De verdad queremos un mundo, un pais, donde la gente que necesita atención médica de verdad no puede tenerla? En mi opinión, el nuestro es un sistema que vale la pena proteger. No se trata del «todo vale», sino de dejar de buscar excusas («la culpa es de los inmigrantes») y empezar a buscar soluciones para poder mantener nuestro sistema sanitario de una forma más sostenible.
- Copago para las consultas de bajo riesgo: La solución a nuestro sistema sanitario, de nuevo, proviene del extranjero. Tanto Francia como Suiza, por poner algunos ejemplos, tienen lo llamado Copago. Es decir, el usuario de la sanidad paga un precio muy subsidiado por cada vez que utiliza la sanidad pública, ¿Injusto? Mucha gente parece creerlo pero la diferencia entre la justicia o no de este sistema está en los detalles. Un sistema de copago justo debería tener las siguientes características:
- Exención para los más pobres: Los menores de edad, los que no tengan sustento o casa, ciertos jubilados… deberían tener algún tipo de exención, ya sea total o parcial
- Debe suponer una bajada de los impuestos: No vale el, «recaudamos por aquí, y recaudamos por allí». Debe haber un impacto claro de ahorro sobre los presupuestos de la Seguridad Social
- Debe consistir de una parte fija, por consulta por ejemplo, y de una parte variable en ciertas operaciones. Por ejemplo, hay operaciones que la seguridad social hoy en día no practica, pero que quizás podría empezar a hacerlo si pudiese cobrar un % a sus clientes.
- Debe haber un máximo total pagado cada año: Para evitar que aquellos enfermos crónicos o con mucha mala suerte acaben pagando cifras altas, habría que poner un importe máximo que pueda pagar una persona/familia.
¿Que beneficios tendría este sistema?
- Establece una barrera de entrada a los «ladrones de tiempo»: Todo el mundo sabe que lo gratis no se valora tanto. Por ejemplo, en mi empresa, antes había cafe gratuito y la gente se tomaba 5-10 cafes diarios y los escritorios se llenaban de cafes medio vacios. Hace unos meses, en cambio, decidieron cobrar 20 centimos por cafe (el importe se dona a una ONG) y el consumo de cafe bajó casi un 60%.
- Reduce el impacto sobre los presupuestos
- Establece una progresividad, donde los que más utilizan el sistema contribuyen más a él pero tampoco excesivamente.
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